PROS
- Se apostó por un turismo local
La gran cantidad de turistas que optó por Tafí del Valle este año, superó por amplia diferencia a la de veranos anteriores. En esta ocasión, los tucumanos eligieron los Valles Calchaquíes como el destino perfecto para escapar del calor de la ciudad y disfrutar del fresco de las montañas. La mayoría alquiló cabañas o casas de descanso con el objetivo de quedarse el mayor tiempo posible (algunos un mes entero) y recorrer con mayor profundidad los rincones del pueblo tafinisto. Santiagueños, cordobeses y santafesinos también escogieron descansar en la villa turística.
- Alivio económico para comerciantes y hoteleros
Remodelaciones y cumplimiento de protocolos estrictos fueron los ejes con los que, tanto comerciantes como hoteleros, se adaptaron a la situación sanitaria y brindaron sus servicios con el objetivo de recuperar una parte de lo perdido económicamente durante la cuarentena. A pesar de una capacidad máxima de personas establecida por local, los negocios se mantuvieron con clientes durante todas las horas de atención; y los hoteles alcanzaron su pico de ocupación los fines de semana, aunque también hubo reservas para estadías prolongadas.
- Actividades al aire libre
El concepto de diversión y atractivos turísticos fue reinventado por la Dirección de Turismo. Cabalgatas, senderos rumbo a cascadas, puntos panorámicos y la Ruta del Artesano conformaron el ranking de actividades más elegidas. Bajo el lema ‘’Verano con Cultura’’ se impulsó la revalorización de los museos y la enseñanza de la historia de las tierras sagradas y sus antepasados. Además se avocó a la organización de eventos para realizar en familia, por ejemplo el autocine.
- Ferias y paseos
Los antiguos vendedores que ocupaban cuanto espacio encontraban en la vereda de la avenida principal fueron ordenados por puestos en diferentes ferias en la villa. Los paseos ofrecieron una amplia diversidad de productos artesanales y regionales y reventa de artículos.
- Mayor oferta gastronómica
Los bares y restaurantes se convirtieron en el boom de la temporada. Encontrar un lugar para comer o tomar un trago no fue difícil; las propuestas gastronómicas tuvieron en cuenta a todas las edades, y las opciones contemplaron desde peñas hasta shows de bandas en vivo. El asentamiento de los nuevos complejos -Los Castaños, Km 60 y Espacio Tafí- fueron la novedad del verano.
CONTRAS
- Los turistas se resistieron al uso del barbijo y al distanciamiento
Hacer cumplir las normas del distanciamiento social y el uso de barbijo en la Villa se convirtió en una lucha para los agentes municipales. Incluso con el uso de megáfonos y parlantes, la mayoría de los turistas hizo oídos sordos a los pedidos de los inspectores. El grupo más rebelde fue el de los adolescentes, que se caracterizaron por la irresponsabilidad y falta de respeto hacia las autoridades.
- Fiestas clandestinas
Las fiestas y el amontonamiento buscaron la forma de hacerse presentes este verano y los jóvenes se encargaron de ello. Con la presencia de más de 200 personas, cientos de reuniones organizadas en residencias fueron denunciadas por vecinos que buscaban la tranquilidad, e intervenidas por la Policía Federal.
- Descuido ambiental en los cerros
Los cerros más populares de la zona, junto con los ríos, se convirtieron en los puntos preferidos para picnics en familia y con amigos; pero la ocupación desmedida, la basura que se dejó y la circulación de motos y camionetas dañaron el paisaje y los caminos. La situación llevó a las autoridades a cerrar algunos pasos.
- Los lugareños no salieron de su casa
A causa de la multitud que ocupó la Villa, inevitablemente se generó un aumento de contagios de covid-19. Para evitar contactos, los tafinistos decidieron refugiarse en su casa y salir sólo para hacer compras indispensables, en los horarios de menor circulación de turistas. El avasallamiento fue el sentimiento común entre los lugareños, que resaltaron la falta de conciencia y respeto de los turistas para con los locales.
- Muchas demandas de los turistas quedaron insatisfechas
La villa turística recibió más visitantes de lo esperado y no pudo mantener el control en algunos aspectos, por lo que armarse de paciencia fue esencial. La Dirección de Tránsito se destacó por su ineficiencia; atravesar la avenida Perón en vehículo, a cualquier hora del día, se tornó una situación agobiante. Además, esperar la comida que se ordenó en algún bar llevó más tiempo de lo calculado; que llegue fría o directamente no llegue se volvió algo habitual, lo que generó malestar y múltiples quejas.